¿Tiene atrancados Los Simpsons en el lóbulo frontal tras siglos de reemisiones en Antena 3? ¿Le disgusta American Dad? ¿Quiere probar más cosas aparte de Futurama? ¿No le gustan los muñequitos de South Park? ¿La aleatoriedad de las gracias de Family Guy está bajo sospecha?
Mark Lilly rodeado de todos los personajes.
No se preocupe, la televisión americana sigue sacando series de animación (de 22 minutos) para un público (al menos en parte) adulto como churros. Ugly Americans supuso una de las novedades del canal Comedy Central el año 2010. Es una serie de TV con unos objetivos bien claros: Poner en manifiesto lo ridículo de las relaciones humanas, exponer lo cruel del ambiente laboral y parodiar otros shows de televisión, eventos reales y situaciones reales. No es algo particularmente novedoso. Hemos visto infinidad de series de animación para adultos con pretensiones similares. Pero aún así la primera temporada resulta fresca.
Una mañana más en la vida de Mark Lilly
¿Cómo lo consigue?
A través de situaciones absurdas y extremas propiciciadas por una Nueva York de un mundo alternativo llena de monstruos del folklore, de alienígenas y otras aberraciones, en el que los humanos son con mucha frecuencia rara avis. En ese sentido la ambientación nos retrotrae directamente a Futurama, siendo sencillo realizar un paralelismo de Mark con Fry, pero Ugly Americans tiene un humor diferente, más deudor de series como Drawn Together, Archer y Frisky Dingo.
La serie introduce a guarrillas mejoradas con respecto a Desafío Total. Jejeje.
Mark Lilly es un pacífico y tranquilo asistente social humano que trabaja en el Departamento de Integración de New York intentando encontrar una ocupación e incorporar a los recién llegados a la Gran Ciudad. Casi todos los nuevos parecen responder al perfil de monstruos asesinos y viles, pero se acaba descubriendo que tienen sus propios problemas e inquietudes a los que hay que dar solución.
Leonard y los problemas de ser un hechicero alcohólico.
La pérdida de la virginidad de una pareja de ents, un zombi al que su pene le abandona, el "periodo menstrual" de una demonia, la integración en sociedad de un hombre lobo, una invasión de pájaros que noquean a sus víctimas con un "látigo cepa". Son todas situaciones con las que Mark tiene que lidiar a diario en cada capítulo para continuar trabajando en el Departamento de Integración de New York. Nadie se lo pone fácil. No desde luego su novia Callie Maggotbone una irascible demonia compañera de trabajo cuyo comportamiento oscila entre comportarse como una dominatrix agresiva con Mark y dejarle por Twyane, el jefe del Departamento y con el que podría concebir a un demonio que traería el Fin de la Humanidad. Tampoco están por la labor su compañero de piso Randall, un zombie adicto al sexo, ni Leonard, un mago compañero de Mark alcohólico y vago que no da palo al agua. Y Frank Grimes, un policía fascistoide, está directamente ahí para joderle la vida.
Desde Birdemic no veíamos algo tan extremo. ¡Le está noqueando a base de pollazos!
Como tantas otras series, cada capítulo está plagado de referencias-parodias a la cultura pop y a películas del género. La Princesa Prometida, King Kong, Hellraiser, Twilight, The Omen, Los Pájaros... Infinidad de ellos por capítulo. A nosotros por supuesto nos apasiona encontrar estos guiños, y lo vemos como una valor añadido.
Eso eso eso... ¡parece un doble cubo de Hellraiser!
Prácticamente no está serializada. La serie no tiene ningún arco argumental que abarque toda la temporada completa, centrando prácticamente todo el desarrollo en cada capítulo individual de manera procedimental. Nuestro consejo es que la sigas como nosotros, que la veas hasta que te parezca que las situaciones dejen de ser frescas, hasta que llegue el agotamiento natural y esperable de los gags de este tipo de series.
Fichas de la serie:
Lo poco que he visto de ella ha hecho levantar mi esperanza en la animación americana de comedia. ^^
ResponderEliminarYo la he visto decaer con frecuencia (sobretodo en la 2da temporada), pero sigue teniendo buenas situaciones.
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